Pleno maratoniano donde hay apetencias de arreglar el mundo local . Los temas, las interpelaciones, las preguntas se acumulan, las baterías cargadas, los argumentos contraninguneados, el cansancio, el tú más que yo, el yo te acuso de, pues tu peor...
Este Ejecutivo imbrodiano ha hecho historia, ha sentado cátedra, anales y casuística de estudio digno, de cómo ejercer el no responder en verbo oral, optando por las respuestas escritas a la leal oposición. Pero los ciudadanos representados ¿ recibiremos las respuestas en nuestros domicilios en honor de eficacia y transparencia nada irrespetuosa ?.
No existe mecanismo que obligue a quien no se siente obligado a dar razones de su gestión a quien/es competencialmente lo situaron como Autoridad. Es más el interesado paraguas le cubre las espaldas, adornándolo con florituras de incomparable rendimiento. Los melillenses no tenemos derecho a saber la rentabilidad de China, Panamá o la Confederación Helvética, tragándonos reiteradamente sapos de quienes presuntamente saben de su sabor, por pura reiteración y cortedad masoca.
La nicotiana glauca, sigue creciendo resistiéndose a la regeneración ambiental palatina, pero necesita cuidados y control a su libertinaje, desmanes y un nuevo discurso ,más musical, con mayor viveza, con menos personalismos, prepotencia y autoritarismo barato.
Y la oposición abandonaba el Pleno maratoniano, pedagógico, ejemplar en sus formas, casi seis horas y media transcurrido su inicio, dando buena cuenta de la necesidad de terapia grupal, reafirmación y autocomplacencia, sin el más mínimo atisbo de debilidad mental ni dudas, en seres tan privilegiados instalados en la mayoría que arrodilla, sin conseguirlo, a los discrepantes y legítimos alternativos .
Y mañana será otro día, en que los ecos y voces de los medios se irán debilitando dando asiento al momento, en cíclico e imparable devenir. En la ciudadanía irá quedando un poso , una cultura acumulada, para unos sumisión, para otros rebeldía de lo que doy fe, acogiéndome al artículo 79 de las bases ciudadanas ni populares ni populistas, huyendo del oscurantismo y los “secretos de estado”.
Pedro Gallardo
Ciudadano