martes, 30 de noviembre de 2010

La convención con sabor a puerto


Hotel Melilla PuertoLa convención de los 4.000 a la que asistieron 850. La convención del proyecto único, en la que el  “masssa”, alenta de los peligros del diferente, de las otras siglas y sus atrocidades y perversiones. La convención que nos ha de llevar a buen “Melilla puerto”, al aminoramiento de la desigualdad, al reforzamiento de la identidad  y del genotipo españolista de “vino añejo y pedigrí”. La convención de la organización  política local  que supera al ejército, un ejército de salvaguardia nacional ante los promarroquíes...¡esa  pobre gente¡.
 Un proyecto  pendiente de regeneración de hombres y mujeres, de métodos, de aproximación real a la ciudadanía respetando su libertad, de programa participado, donde se recoja lo que la ciudadanía con coherencia, aporte ,más allá de la teoría del grupo de notables salvadores. Igual me he colado y esto es de otro “proyecto, pero valórenlo aunque incomode a instalados  que temen no repetir.
¿Y los candidatos a delfín o tiburones?, pues recuerdo que todo, irremisiblemente tiene fecha de caducidad.
Mientras tanto sigan el dos en uno, dos plenos en uno, largo, larguísimo, intentando disfrazar la perdiz, aunque espero el acta fedataria del evento contemple la segunda parte, por sentencia de actuaciones de la mesa, improcedentes. Lo escrito , escrito está o estará para rigor histórico , aunque se haya apurado hasta el día anterior del límite establecido, jodida obligación por imperio de la ley.
 Y esta campaña por mantener los privilegios, sin renunciar al desprecio del oponente continua en su acercamiento al mayo primaveral del 2.011, con voluntad no anunciada en la Convención, ¿o si?, de no entrar en acusaciones, haciendo  valer  que la identidad la da el pueblo, centristas y periferia, modernistas y ávidos de planes de empleo, estables y desempleados, privilegiados agradecidos y francotiradores del desahucio y del parcheo  limitativo de la puta pobreza, la mayoría de los melillenses.
 Y la parafernalia mediática aprieta y apretará el acelerador, renovación de convenios en el hacer ciudad y crear opinión vendiendo los parabienes del Régimen, ninguneando o subjetivando las matizaciones de la otra realidad, los que discrepan en sana y controlada pluralidad.  Y la caza del voto furtivo o descolocado, y el recordatorio de lo que hice por ti o me debes en  justa correspondencia, activándose el resorte  que sella y restaña la red bien tupida de los favores  convencionales.
 Todo por las personas, las personas lo prioritario,  mensaje que cala por necesario. Pero no lo patrimonialicen con la fuerza de la palabra y de la imagen, pues necesarios son los hechos desde una concepción de respeto a la libertad , a la que Vds, le han puesto excesivas cadenas, abonando el graciable servilismo y “ el conmigo o contra mí”, rancio y medievalista.
 La convención pasó, pero queda pendiente la gran convención de calle y barrio, ciudadana, que ejerza su soberanía, pudiendo haber sorpresas que escapan a las encuestas que interesan.
 Queda tanto por hacer...
Pedro Gallardo
Ciudadano

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