viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Proyectos frustrados?

Recuerdos e imágenes que permanecen y que cuando quieres desempolvarlas e intentar plagiarlas con bastantes décadas más, te hacen ser analítico, comedido y cauto, ante el boicot nada atrayente, amenazador e indecente.
Si, cierta vez y con una larga caminata forestal entre pinedas y fondo mar, nos acercamos a Cala Tramuntana o Cala Charrana. En aquella ocasión no pudimos observar el desagradable incidente que impedía disfrutar de sus aguas cristalinas y en la que fondeaban barquitos y en la lejanía “vacas de la pesquería”. Ahora me he enterado por la prensa y he visto como se las gasta la gendarmería marroquina costera para incomprensión y denuncia de nuestros conciudadanos navegantes. Otra más en el zurrón y más presión al alza que lleve a nuestros gobernantes del Central a estudiar en serio, si los cuatrocientos milloncejos de euros, contantes y sonantes por llegarle al “primo M6”, quizás sean poco en aras de conseguir su real calma. Y sigamos abriendo el grifo de la solidaridad institucional hispana ante desplantes, altanería y tensionar la cuerda de las relaciones en franca debilidad.
En otras ocasiones repetidas, viajé como infante hiperactivo en autobús chatarrero de la época a Dar Driuch, no por visita de placer, sino más bien para animar al “churrero del pueblo”, mi alicantino abuelo que se había puesto malito con fiebres tifoideas, maltas y esas historias infecciosas. Me quedaron en la retina, perdón y pluralizo, las retinas oculares, bereberes, zoco, alguna cría de dromedario casi indomable, el viejo edificio del casino español, los puestos de melones “fiskel”, harto güeno y una buena representación de españoles que se ganaban la vida en el protectorado de marras. El deseo de volver persiste pero, el yo interior cauto, analítico y comedido, me posponen la andadura y espero no eterna frustración.
Y que decir de los paseos por Setolazar, Monte Arruit, Zeluán, y mucho más allá pasada casi la meseta, Midar y Targuist –donde nació la mamá María-, la costera VillaSanJurjo preciosa Alhucemas y nuestro peñón, paisajes y relaciones humanas en un Rif altivo ,particular, genuino, que marcó mi progreso existencial siendo hoy, afortunadamente, testigo.
Quedan en la nevera “congelados”, por cauto, analítico y comedido, pues no está el horno para bollos por mucha distensión aparente, yo digo contenida, en el panorama presente.
Lo de acercarme estilo pedrestre al castillo y pinedas del Gurugú lo tengo casi
medio solucionado, con unos prismáticos regalados por un viejo oficial legionario que me lo regaló en pago graciable a la amistad con su hijo. Por cierto era de los que llevaban con orgullo, con cojones, el chapiri identitario llevado al museo y colmo de la incomprensión por nuestra Ministra Chacón, Doña Carme.
Claro, y algunos lectores intrigados que no anonadados os diréis, pues no es para tanto, muchos seguimos yendo a la Bocana, a Nador a hacer compritas, a Cazaza, Sammar y aledaños. Podéis hacer incluso en uso de vuestra libertad a los calificativos de que soy excesivamente cauto, analítico y comedido en mis preactos. Más os digo con intuición , destemplanza o malaventuranza que hay que añadir a los reiterados descriptivos de interior, unas dosis de malaleche acumulada por las actuaciones últimas a dos bandas, que te hacen priorizar el gasto en el terruño propio. Mira por donde en algunos aspectos me he vuelto proteccionista no vaya a ser que en un desliz fronterizo, me encontrare con la tribu de los Chramtri y Cía, y cual lobo que me conozco provocase un conflicto-incidente diplomático, donde por genes y rebeldía no aceptaría se me considerase y a modo de los “activistas canaritos”, apátrida y provocador encima, con tirón de orejas de nuestra oficialista y bien pagadora representación gubernamental política. No queridos, a eso no juego y de ahí, lo de:
Cauto, analítico, comedido, con dosis de malaleche, proteccionista y alucinado con los que dirigen mi España “roja, la de la furia de antaño, democrática, cañí y orgullosa”.
Nos estamos diluyendo como azucarillo, ni talante ni desplante, vamos en otra dirección ..La pena es que no somos los maquinistas de tanta frustración acumulada. Que cada cual apague su vela...sabio y profundo.
Mi agradecimiento al impulso del maestro de periodistas, Rafael Torres, nada apátrida.
Pedro Gallardo
Ciudadano

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