“Sentir lasaliano”

Desde la Medina

Francisco Gámez Pérez

Si, ser lasaliano es un verdadero lujo, sentir como vibra el corazón, pese al paso del tiempo, cuando a uno le llaman lasaliano o antiguo alumno de La Salle, es un verdadero lujo, un sentir difícil de explicar por cuanto encierra en sí misma la palabra o el nombre de Salle. Un nombre universalmente conocido, un Colegio o Centro extendido por todo el globo terráqueo, dado que su presencia es visible en todos los continentes, educando, como siempre, a jóvenes (sin distingo de género) en las enseñanzas académicas, cristianas-marianas.

La Salle se viste de Gala, se Honra en tener y volver a ver a cuantos antiguos alumnos y convecinos nos dimos cita en la explanada, plazoleta, de San Juan Bautista de La Salle, Fundador de la Congregación, fundador de las Escuelas Cristianas Lasalianas, pese a sus muchos problemas y avatares hizo el milagro, extendido milagro por estar entre nosotros en estas tierras, aunque españolas, ubicada en el continente africano, para recibir de manos de nuestro actual General el Excmo. Sr. Don Cesar Muro Benayas, y en presencia de las Autoridades de la Ciudad Autónoma, encabezada por nuestro Presidente D. Juan José Imbroda Ortiz, la Bandera de España, concedida, una vez más, por la Casa Real Española, en esta ocasión por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I, Bandera que la honra el Colegio y sus alumnos, la que sienten y la arropan siempre por días y horas, Bandera que estará en la urna bien custodiada y admirada para cuantos queramos visitarla y sentirla como nuestra que es.

La Salle, se vistió de hermosos recuerdos, de momentos nostálgicos, de encuentros y a bien seguro alguna lágrima recorrió nuestras mejillas, igualmente de seguro que nuestros pensamientos se elevaron recordando a cuantos alumnos, viejos alumnos, están en lo más alto junto a Dios y nuestra Virgen del Carmen, enseñanzas cristianas-marianas que recibimos de nuestros Hermanos Lasalianos, Hermanos:, Ladislao, Wenceslao, Julio, Nazario, Apolinar, Manuel, Luis, Francisco, Vicente, Crescencio, Valentín y tantos otros que nos marcaron a buen sentir y admirar sus enseñanzas, no sólo académicas, aquellas otras… las religiosas y la Fe compartida que nos mantienen para sentir y vivir tan de cerca esta realidad presente.

Melilla se honra en recibir esta mención, este hermoso regalo de S.M. El Rey de España para con un centro Educativo, Religioso y, sobre todo, forjador de “hombres”.

Orgulloso y con verdadero sentir lasaliano escribo este presente, cierto decir que con los ojos enlagrimados, fueron muchas las emociones compartidas, los recuerdos, los encuentros y el canto del Himno del Colegio, Faro y Guía de nuestros días.

Felicidades Hermanos religiosos de La Salle, felicidades Comunidad Educativa del Colegio, felicidades alumnos y “viejos alumnos”. Un abrazo Lasaliano para todos.

Saludos Cordiales. Buenos días