jueves, 19 de agosto de 2010

Marruecos y la Unión Europea: una relación singular políticamente degradante

La relación histórica de Marruecos con Europa comienza con la puntal penetración del Islam en el oeste de la Cristiandad, esa función de intentaron con diversos imperios que se fueron sucediendo en el norte de África, ya fueran de origen "mauritano" (almorávides) o "marroquí" (almohades).
La decadencia de los imperios musulmanes del norte de África, y de Marruecos en particular, se produjo a comienzos del siglo XX, un poco antes de la defunción del Imperio Otomano a causa de la derrota en la I Guerra Mundial, motivados por la descomposición política interna, que fue salvada por Francia al firmar con España en 1912 un tratado mediante el que se establecía un protectorado sobre Marruecos. Este tratado, en síntesis, significaba que Francia y, sobre todo, España ponían su dinero y sus hombres para salvaguardar la unidad de Marruecos.
La unidad de Marruecos era de alto interés estratégico para Francia, que precisaba un aliado fuerte en el sur para hacer una tenaza geopolítica a España. Y se logró gracias a que decenas de miles de españoles murieron derrotando a los aliados objetivos de España, los rifeños que querían construir una república independiente del sultán. Al margen de cuestiones geopolíticas,
el tratado de 1912 no significó una revolución política en Marruecos, si no la pérdida de la independencia marroquí, en 1912, en lugar de abrir un proceso de occidentalización política significó la consagración del régimen despótico tradicional (el Majzén), en Marruecos reforzó el despotismo.
La posición de Marruecos carecía de la relevancia geoestratégica europea frente a Rusia, por esa razón no había ninguna necesidad de incluirlo en la OTAN, ni de dar un refuerzo a ese compromiso con la exigencia de ratificar el convenio europeo de derechos humanos. Sin embargo, el interés de Francia explica que Marruecos también pudiera profundizar en sus impulsos políticos antiespañoles con la ocupación del Sáhara, en 1975. En aras del interés particular francés, Europa dejó crecer en el sur una entidad políticamente contradictoria con los principios políticos europeos. Es más, es la UE la que, con su desbordada política de "ayudas económicas", está permitiendo a Marruecos financiar la ocupación del Sáhara Occidental y el mantenimiento del muro de separación del Sáhara. Una ocupación y un muro que Rabat, por sí solo, no podría sostener económicamente. El acuerdo de asociación entre Marruecos y la UE, de 1996, constituye uno de los puntales de esta situación.
La relación “especial” de Marruecos y la UE: un suicidio geopolítico para España
La relación "especial" que propone nuestro ministro no pretende, como a veces se piensa, que Marruecos ingrese en la UE. En efecto, el actual Majzén desaparecería en ese supuesto. El requisito de que haya una democracia y un respeto a los derechos humanos acabaría con la tiranía política. La exigencia de adopción del Derecho Comunitario y la vigilancia del cumplimiento del mismo por la Comisión y el Tribunal de Justicia de la UE acabarían con el ingente sistema de corrupción y arbitrariedad económica y pondría en serios apuros el dominio económico que la monarquía tiene sobre el país. Que nadie se engañe: ni Marruecos ni sus abogados en Europa quieren para Marruecos, lo que se pretende como dice el ministro Moratinos, es una relación "especial". Es decir, gozar de mayores subvenciones aún pero sin el control de un Estado de Derecho. Esto, como está claro, tiene unos beneficiarios y unos perjudicados.
El primer beneficiado, nadie lo duda, es el corrupto sistema del Majzén, que se enriquecerá aún más. También, en segundo lugar, las empresas españolas y, sobre todo, francesas, dispuestas a implicarse en el juego del Majzén. Finalmente, aquellos políticos o partidos europeos que son ilegalmente financiados por la monarquía marroquí. Existen evidencias de que se ha hecho así con políticos (Chirac, Pasqua) y partidos franceses. Quizá algún día se sepa si también ocurre con políticos o partidos españoles.
El primer perjudicado por esta política será el pueblo saharaui. En efecto, la concesión de nuevas cantidades de dinero a Marruecos sin exigir como contrapartida el cumplimiento del Derecho Internacional en el Sáhara Occidental servirá para reforzar la ocupación del territorio. El segundo perjudicado, curiosamente, será el pueblo marroquí, que verá cómo la tiranía puede seguir manteniendo su dominio gracias al apoyo exterior. El tercer perjudicado, por supuesto, es España, que ve impotente cómo quienes amenazan la integridad territorial española continúan allegando medios para mejorar un Ejército que algún día se volverá contra nosotros.
Extraído de:

1 comentario:

  1. Es evidente que el análisis de este artículo responde a la situación actual que vinen tanto España como el pueblo saharaui con Marruecos.
    Marruecos es expansionista y no escatimará esfuerzo por apropiarse de los ajeno como en su díua hizo con el Sahara Occidental y ahora pretende con otros territorios en todas las direcciones.
    debe haber firmeza ante la insolencia marroquí que se busca motivos para los enfrentamientos aprovechando los momentos más criticos de sus vecinos.

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