Hace unos días en la playa de los Cárabos de Melilla apareció el cadaver un atún rojo varado de considerable dimensión, esta especie tiene una gran importancia gastronómica y es a partir del mes de Mayo de cada año cuando los atunes rojos entran en el Mediterráneo para reproducir la especie, se ha demostrado que hay ciclos de mayor o menor afluencia de peces, que por circunstancias diversas como puede ser la temperatura del agua, corrientes, climatología, abundancia de comida, y otros factores, incluso deciden hacer la puesta en lugares diferentes cada año, pero cada año la afluencia de peces a nuestras costas es menor, sin querer entrar en consideraciones de súper explotación de los caladeros por pescadores profesionales que viene en esta época al Mediterráneo con la intención de conseguir el máximo número de capturas, aunque tengan limitado el volumen de toneladas, el control escapa a la realidad y se supone que es más del doble de lo permitido lo que se captura con las almadrabas, redes volantas, palangreros coreanos, barcos franceses con las últimas tecnologías, incluso con apoyo aéreo de satélites etc. que indudablemente contribuyen a la merma de esta especie, a este ritmo nos quedan pocos años de ver atunes en el Mediterráneo, el verlo muerto en nuestras costas, no recuerda que de no tener moderación en las capturas de esta especie en dos o tres años, no tendremos la posibilidad de verlos ni muertos ni vivos.
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