Fuerte de Rostrogordo.- Ubicado en la explanada de Rostrogordo,Melilla, este fuerte construido entre 1888 y 1890 presenta características neomedievales, una planta en forma de pentágono irregular y dos torres hexagonales, una en el frente y la otra defendiendo la puerta de entrada. Sus arcos semiparabólicos han hecho pensar a algunos investigadores que Antoni Gaudí pudo inspirarse en ellos para construir algunos de sus edificios más representativos.
En la actualidad restaurado totalmente alberga un complejo deportivo, restaurante, piscina y zona de alojamiento en casitas de madera ubicadas en el exterior del mismo, hay que hacerse socio para usar sus instalaciones.
En la actualidad restaurado totalmente alberga un complejo deportivo, restaurante, piscina y zona de alojamiento en casitas de madera ubicadas en el exterior del mismo, hay que hacerse socio para usar sus instalaciones.
Este es el aspecto que presentaba antes de su reforma.
Yo que lo conocí antes de la reforma y veo las fotos actuales y parece otro. Algún día volveré para verlo en todo su explendor
ResponderEliminarmenuda despedida nos pegamos en el fuerte 3/95 paella y mucha fiesta RUFO Y.
ResponderEliminarMe sabe a gloria verlo. Nací y me crié hasta los 10 años en el Fuerte, pues mi padre era desde 1941 teniente comandante al mando del citado fuerte, entonces prisión militar. Tengo muchas fotografías de entonces y que eran de mis padres.Los días que por desgracia había fusilamientos, el anterior venía un taxi de Melilla, recuerdo que el dueño se llamaba Palomo, y nos trasladaba al piso que teníamos entonces en Carlos de Arellano 9 (hoy Carlos Ramírez de Arellano). Rafael Valdés.
ResponderEliminarEl 9 de septiembre de 1967 hice mi ultima guardia de refuerzo 2 dias antes de licenciarme ese dia me habia hido bien en las cartas y todas mis ganacias se quedaron en la cantina para una invitacion a los presos, que entre ellos se encontraban arestados por acumulacion de faltas y no pudiero licenciarte conmigo, un saludo para todos ellos
ResponderEliminarLa famosa noche del 23 F la pase allí entre ráfagas de cetme que continuamente se oían por el desconocimiento (que no miedo) que existía entre la tropa que no sabiamos lo que pasaba aunque intuiamos que algo gordo. El gato que se ceno aquella noche no sento bien.
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