domingo, 25 de abril de 2010

Melilla en un cuento, Melilla imaginada

Un asiduo visitante ha tenido a bien enviar un hermoso cuento para el día del Libro, os lo dejo para que disfrutéis de el:

En una preciosa ciudad del Norte de Africa, en el planeta Tierra, tuvo la fortuna de amelillar una nave espacial de seres tremendamente “humanos”, aunque eran de color verde.
Tenían entre sus poderes el de hacerse invisibles a los poderosos y parlanchines con los sin techo y desprotegidos. Decidieron hacer un estudio de cómo vivían, sus problemas e ilusiones, descubriendo lo diferente que funcionaban en comparación con su planeta de procedencia.
Tolkia, que así se llamaba, tenía estados, ciudades y dirigentes que aceptaban gobernar contando con los tolkianos.
No entendían de enchufismo, nepotismo,insidias... a ellos no les daba lo mismo, no lo consentían.
Pasados unos cuantos meses, acabado el estudio decidieron pasar a la acción, haciéndose visibles para ello. Pero surgió un problema; eran tantos que tuvieron que llevarse a Tolkia en viajes numerosos y sucesivos, a un buen montón de apoltronados y vividores, insensibles con la realidad a la que no servían. Ha de decirse que los llevaron sin mala intención, pues los tolkianos no entendían de traiciones y “mala uva”. Cuando los reciclaron, formaron y enderezaron sin violencia, los trajeron de nuevo a Melilla. El problema fue que, como pasó el tiempo...¡mucho tiempo!, ya eran muy mayores para aplicar sus nuevas enseñanzas.
El que mandaba entonces aquí, no tomó represalias con ellos, más bien, al contrario pues los dejó instalarse de por vida, en una Residencia enorme, pública, gratuita que habían construido junto a otros equipamientos, en los terrenos del antiguo cuartel de Valenzuela.
Una vez cumplida su misión, volvieron a Tolkia no sin antes hermanarse con la Melilla preciosa, africana, con la Melilla de cuento, con la Melilla imaginada.
¡Dulces sueños, necesaria realidad!
Pedro Gallardo
Melillense tolkiano

1 comentario:

  1. Cuando te despiertas de un sueño, sólo tienes dos opciones: cambiar la realidad por lo soñado o, volver a intentar dormir para soñar lo soñado
    Pedro Gallardo,melillense tolkiano

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