sábado, 1 de agosto de 2009

Ópera con participación del publico ESPECTACULARRRRRR!!!!!


Como disfruta André Rieu, viendo a su público participando de algo tan bonito como la opera
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2 comentarios:

  1. La mala noticia de siempre: Semana Náutica a babor.

    Asociado número 16 de OR y Asociados

    Es la triste noticia de cada año desde hace más de una década. En llegando agosto, se dilapidan un montón de cientos de miles de euros, bajo la advocación de la Semana Náutica, el único acontecimiento en el que el consejero de Deporte es feliz porque manda. Es un espectáculo de órdenes. En una semana, se siente almirante de una flota, con un montón de voluntarios uniformados, coches oficiales, órdenes en Capitanía, pertrechos, logística, es como reeditar una batalla naval, un mecanismo de proyección freudiano que hace del consejero, ese pedazo de almirante o general que no pudo ser. No sé si han visto una foto de los preparativos de la Semana Náutica, pero por lo menos veinte tipos rodean en una gigantesca mesa al consejero quien colocado en la presidencia va repasando las novedades que cada uno le va dando.

    El puerto deportivo se convierte en su base naval, el campo de regatas es como la batalla de Midway, o en términos quijotescos, imaginar que los molinos son un ejército al que vencer. Entrar en el puerto deportivo en el vehículo oficial de gama alta, escudriñar los pequeños desajustes, apearse en Capitanía y pedir datos de viento, consultar con todo un montón de tipos que entran y salen la mayoría con bolsas repletas de gorras y polos, y finalmente, montarse en un yate a modo de buque insignia, como el Yorktown, y desde allí rematar al almirante Nagumo. Finalmente, la gran cena de entrega de premios, es el paseo por la 5 Avenida, donde los invitados reconocen un nuevo triunfo de la clase política, y ese líder que les prepara cada año una semana de vacaciones en el mar.

    A los demás políticos, se la pela todo esto. Ellos, ataviados de bermudas, vaporosas blusas, van a los pantalanes donde la flota de yatecitos de los amigos previamente concertados, les esperan con las neveras a tope para pasar un día en las proximidades, tomar el sol, refrescarse, en definitiva, un paseo en yate; aunque siempre hay empujones y algunos codazos por ver quién es que el va en el mismo barco que el presidente de la Ciudad.

    Mientras tanto, el fracaso deportivo está garantizado. Hace muchas ediciones que se ha ido a peor en cuanto a competición de grandes embarcaciones. Lo que vienen son barcos familiares a pasar unos días, la mayoría de ellos acaban en las calas haciendo sus paellitas. Son los llamados "clase paellero".

    La prensa hace su papel como si fuera el acontecimiento del verano, y nadie se pregunta en qué se gastan 350.000 euros cash. Nadie se pregunta cuánto cuestan los módulos que ponen en el puerto, quién los pone, cómo se contratan. Nadie pregunta por la colección de facturas.

    Previamente, todo este espectáculo justifica viajes al Salón Náutico de Barcelona, a Motril, a Benalmádena, a Marbella, etc...

    A todo esto, el consejero almirante lo llama: consolidación de la Semana Náutica, tan consolidada que entre las actividades han montado un curso de yoga en el Club de Tropa, naturalmente. "Yoga náutico".

    En este pueblo, nadie es capaz de reconocer los errores, la decadencia de los eventos, recapitular y cambiar. Al fin y al cabo, para la clase política mandataria, es una semana en agosto de vacaciones sin salir de casa, un pretexto para saludarse unos a otros desde los yates de los amigos, creyendo que están en la Costa Azul, para refrigerar el gaznate en las terrazas por la tarde y reirse de lo bien que se lo pasan a costa de los ilusos votantes de cada cuatro años.

    Y luego quieren que el señor Zapatero mande más dinero bajo el concepto: financiación autonómica. Aquí se sigue viviendo como si la crisis fuera para los demás.

    El mejor reclamo para este año para que vinieran a vernos debería de ser: "Vengan a Melilla, a la Semana Náutica, vean como nos pasamos la crisis económica por los huevos".

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  2. Amén, completamente de acuerdo. El donformismo melillense nos llevará a la puta ruina a toda la sociedad local y sobretodo a su juventud, que cada dia vemos una ciudad mas apagada y sin alternativas.

    El conformismo y desidia melillense nos llevará a la ruina...

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