El primer ministro busca a un socio de sustitución para preservar su mayoría parlamentaria
La celebración de elecciones anticipadas parece descartada porque volvería a ganar el PJD
El principal socio de Gobierno de los islamistas en Marruecos anunció que hoy dimitirán sus seis ministros causando un serio quebranto a la experiencia de un Ejecutivo dirigido por el islamista moderado Abdelilá Benkiran, líder del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD). Este busca ahora afanosamente un socio de sustitución y, si no consigue conservar la mayoría parlamentaria, deberán celebrarse elecciones anticipadas, una opción poco probable.
El Comité Ejecutivo del Istiqlal (Independencia), el más antiguo partido del país y la segunda fuerza electoral, anunció su retirada del Gobierno porque el primer ministro no acaba de satisfacer sus reivindicaciones. Su líder, Hamid Chabat, llamó por teléfono al rey Mohamed VI para comunicarle su iniciativa. Hace dos meses fue el monarca quién paró el primer intento de salida del Istiqlal llamando desde París, donde se encontraba de viaje, a Chabat para que congelase su decisión, pero ahora no ha debido de ponerle reparos. El soberano recibió a Chabat el 26 de junio en Oujda.
Desde que a finales del año pasado accedió a la secretaria general del Istiqlal, Chabat, de 59 años, no ha cejado de arremeter contra el primer ministro pese a que su partido es uno de los pilares del Gobierno formado hace año y medio. Le hace confusos reproches sobre su gestión económica en un momento en que el país sufre una fuerte caída de su crecimiento y el deterioro de sus finanzas públicas. “Su único objetivo ha sido poner trabas a las iniciativas del PJD”, afirma Ali Anouzla, director del diario digital Lakome.
La presión de los socios de Gobierno y del palacio real han impedido a Benkiran llevar a cabo algunas de las reformas que proyectaba como, por ejemplo, la de la televisión pública a la que quería dar un toque más islámico obligándole a retransmitir las cinco oraciones del día y a suprimir la publicidad de loterías y otros juegos.
En previsión de la ruptura con el Istiqlal el PJD –que desempeña 15 de las 30 carteras- había iniciado conversaciones para incorporar a la coalición gubernamental al Reagrupamiento Nacional de los Independientes (PRI), un partido de los llamados en Marruecos “de la administración” porque fueron alentados en su día por el Ministerio del Interior. Más aún que el Istiqlal, el RNI mira al palacio real antes de tomar sus decisiones. Actuará en función de lo que allí le indiquen.
La hipótesis de las elecciones anticipadas parece improbable porque los pronósticos apuntan a que los islamistas volverían a ganar, como sucedió por primera vez en noviembre de 2011, acaso incuso con una mayoría más holgada. Gran parte de la opinión pública marroquí tiene la impresión de que si su balance al frente del Gobierno no es mejor es porque apenas les han dejado margen de maniobra. El temor a una marea verde en las urnas ya va a incitar a un aplazamiento de las elecciones municipales.
Aunque pertenecen formalmente al Istiqlal, dos de los ministros que deberían dimitir, Nizar Baraka, que ostenta la cartera de Hacienda, y Yussef Amrani, que es titular adjunto de Exteriores, son descritos como más afines al palacio real que a su partido. Está por ver si hoy obedecerán las directrices de Hamid Chabat.
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